Hoy en día existe una gran cantidad de tipologías documentales.
A la hora de escribir un documento de investigación, lo primero que tenemos que tener en cuenta es qué tipo de investigación vamos a realizar. En función de ello, será mejor que expresemos los resultados obtenidos en un tipo de documento en concreto.
Además de esto, según cual sea nuestro área de investigación, es más habitual plasmar nuestras conclusiones en algunos tipos de documentos en concreto, puesto que se ajustarán mejor a la investigación realizada.
Es por ello, que a continuación te mostramos cuales son los tipos de documentos más comunes en función del área de conocimiento al que pertenezcamos.
Las fuentes primarias son aquellas que presentan los resultados de una investigación que no se han reportado previamente.
Antes de convertirse en el artículo final será un protocolo en el cual solo planeamos el proyecto de investigación sin incluir resultados finales ni conclusiones.
Después pasará a ser un manuscrito en el cual ya aparecerán incluidos los resultados, aunque estará sujeto a posibles cambios antes de llegar a ser un artículo científico o de investigación.
Las fuentes secundarias son documentos a través de los cuales se analizan publicaciones primarias.