Hace tiempo que se pone nombre a prácticas poco honestas dentro del mundo de la publicación, donde las conocidas como “paper mills” han encontrado el perfecto nicho de mercado en la necesidad del entorno mundial actual de producir sin parar y sin detenerse a verificar con los suficientes medios si todo lo que se publica es fiable, verídico y contiene datos de calidad.
El contexto lo facilita: múltiples medios de edición y publicación, simplificación de los medios de verificación, sistemas de falsificación de datos asimilando otros que sí son verídicos… No hay más que hacer una búsqueda rápida con los términos “academic research fraud” para ver múltiples ejemplos de calado en la red.
Cuando las personas que se dedican a detectar este tipo de fraudes, conocidos como “investigadores del fraude científico”, sacan a relucir los datos a través de recursos como Retraction Watch, las cifras dejan un panorama algo sombrío. Primar la cantidad por encima de la investigación de calidad, si pensamos en áreas tan sensibles como la investigación en Biomedicas, probablemente esté obligando a los investigadores a centrarse en publicar y no en hacer avanzar la investigación; y a la vez, puede estar obligando a los investigadores de buena fe a tener que adoptar muchas medidas de seguridad extra para no utilizar datos que no son fiables o que posteriormente van a ser retractables pero no con la velocidad deseada para que no incurran en errores.
¿Qué opciones hay ante tanto ruido de datos y publicaciones que pervierten el sistema de publicación?
No son sencillas las soluciones, pero todos los actores implicados deben asumir su parte de responsabilidad.
¿Qué opinas?