La Agenda 2030 define el desarrollo sostenible como la capacidad de satisfacer necesidades sin dañar el medio ambiente, usando responsablemente los recursos naturales. En este contexto, los residuos sanitarios generan preocupación. Según la Organización Mundial de la Salud, el 15% de estos residuos son peligrosos y mal manejarlos implica riesgos para la salud y el medio ambiente. Para promover sistemas de salud sostenibles, se proponen medidas como la segregación de residuos, el uso de herramientas digitales para calcular la huella de carbono, la reducción de productos desechables, el reciclaje y la colaboración con proveedores para elegir productos sostenibles y favoreciendo políticas públicas responsables con el medio ambiente.