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Blog de Bibliometría UE

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07/31/2025
profile-icon Raquel Venancio

Llega desde Retraction Watch una noticia: Frontiers to retract 122 articles, links thousands in other publishers’ journals to “unethical” network

Llama la atención el contenido, ya que una vez más vemos una retractación masiva sobre contenidos de 2022 dentro de un sello editorial que siempre tiene la espada de Damocles sobre su cabeza. Una red de autores y editores, esta vez, sin declarar conflictos de intereses y que dejan en entredicho que las evaluaciones hayan sido todo lo éticas y rigurosas que cabe esperar de una publicación de este tipo.

Pero, ¿quién está detrás de este tipo de análisis y revisiones que obliga a retirar estos contenidos una vez publicados, aunque hayan pasado ya algunos años? En este caso, STM Integrity HUB, una Asociación Internacional de Editores Científicos, Técnicos y Médicos que promueve una investigación fiable para el beneficio de todos. Lo integran 152 miembros de 21 países y aunque parezca poco probable, algunos de esos editores son los que tienen que retractar. Creamos entonces en que hacen bien su trabajo.

Este tipo de asociaciones, como la COPE o STM parece que se están manifestando como actores fundamentales para el propio autocontrol de las publicaciones, siendo el propio sector editorial quien quiere velar por la integridad de su sector.

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05/13/2025
profile-icon Raquel Venancio

Hay aspectos en torno a la ética de la publicación, la revisión de los artículos y la retractación en cuanto a los contenidos que suelen poner el acento en lo que a los datos se refiere. Se habla de fraude puramente profesional, pero como nos hace reflexionar una de las últimas entradas del blog de Retraction Watch, también hay todo un componente puramente ecónomico a costa de las APC's recaudadas por esos artículos fraudulentos que quedan en el aire cuando las revistas los eliminan o los retractan. ¿A dónde va el dinero de los artículos fradulentos?

Hay revistas que identifican claramente dónde depositan ese dinero recaudado que ha resultado ser un fraude. Por ejemplo, hay revistas que certifican que depositan ese dinero en research4life, una plataforma que pretende acercar contenidos científicos y especializados a instituciones de países con ingresos medios y bajos. Parece una buena opción. En otros casos, indican que lo reinvierten en la mejora de las políticas de prevención de fraudes de la propia revista. Habrá que creerlo.

Sea como sea, teniendo en cuenta el volumen económico que mueven los sellos editoriales no estaría de más que uno de los requisitos estándar sea la transparencia con respecto a los ingresos una vez que hay cambios tan notables como la eliminación de un artículo ya que de cara a la intención del propósito de enmienda que puedan tener, podría parecer que es un lucro poco honesto y restar credibilidad.

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04/07/2025
profile-icon Raquel Venancio

Hace tiempo que se pone nombre a prácticas poco honestas dentro del mundo de la publicación, donde las conocidas como “paper mills” han encontrado el perfecto nicho de mercado en la necesidad del entorno mundial actual de producir sin parar y sin detenerse a verificar con los suficientes medios si todo lo que se publica es fiable, verídico y contiene datos de calidad.

El contexto lo facilita: múltiples medios de edición y publicación, simplificación de los medios de verificación, sistemas de falsificación de datos asimilando otros que sí son verídicos…  No hay más que hacer una búsqueda rápida con los términos “academic research fraud” para ver múltiples ejemplos de calado en la red.

Cuando las personas que se dedican a detectar este tipo de fraudes, conocidos como “investigadores del fraude científico”, sacan a relucir los datos a través de recursos como Retraction Watch, las cifras dejan un panorama algo sombrío. Primar la cantidad por encima de la investigación de calidad, si pensamos en áreas tan sensibles como la investigación en Biomedicas, probablemente esté obligando a los investigadores a centrarse en publicar y no en hacer avanzar la investigación;  y a la vez, puede estar obligando a los investigadores de buena fe a tener que adoptar muchas medidas de seguridad extra para no utilizar datos que no son fiables o que posteriormente van a ser retractables pero no con la velocidad deseada para que no incurran en errores.

¿Qué opciones hay ante tanto ruido de datos y publicaciones que pervierten el sistema de publicación?

No son sencillas las soluciones, pero todos los actores implicados deben asumir su parte de responsabilidad.

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03/12/2025
profile-icon Raquel Venancio

Este artículo de Nature pone sobre la mesa un tema muy relevante sobre las instituciones que han tenido que presentar un mayor número de retractaciones sobre los artículos de sus investigadores. Los datos los proporciona la base de datos Retraction Watch , y la estadística indica que la mayor parte de las instituciones provienen de China.

Este problema, relacionado con las paper mills, con la entrada de determinados sellos editoriales de dudosa praxis en lo que a políticas editoriales se refiere o la presión por la publicación masiva para el progreso de las carreras científicas (publicar más, pero no siempre investigar mejor) pueden ser claves para entender los datos que plantean en distintos escenarios; vienen a mostrar un panorama sobre países que están pujando por hacerse un hueco en el mundo de la investigación para posicionar sus instituciones, puede que en algunos casos saltándose criterios de calidad, relevancia y fiabilidad.

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