Este artículo reflexiona sobre cómo la inteligencia artificial está transformando la educación superior y el mercado laboral, generando ansiedad entre los estudiantes, especialmente en humanidades, que temen no estar preparados para un futuro dominado por la IA. A pesar de sus beneficios para la investigación y la mejora de ideas, el uso de herramientas como ChatGPT plantea dilemas sobre la integridad académica y la fiabilidad de los sistemas de detección. La autora destaca la necesidad de conversaciones honestas entre estudiantes y docentes para establecer límites éticos claros, fomentar el aprendizaje colaborativo y adaptar los métodos de evaluación, como los exámenes orales, que promuevan habilidades críticas y comunicativas. También subraya la importancia de integrar desde el inicio de los estudios orientación profesional enfocada en competencias relacionadas con la IA, y propone alianzas con empresas tecnológicas locales para ofrecer experiencias prácticas.