La revista Science ha puesto encima de la mesa un nuevo concepto que se suma a la inquietante lista de terminología que se usa para designar malos usos o mala praxis en el el mundo de la investigación a día de hoy: “patent mills”

En el mundo del publish or perish ("publicar o morir"), las patentes se han convertido en un objeto de compraventa para la mejora de los perfiles de los investigadores. La premisa es sencilla: registrar una patente conlleva un procedimiento complicado pero el registro de propiedad intelectual, por ejemplo en Reino Unido, es relativamente sencillo. 

Desde países como India o Pakistán se incentiva el registro de patentes como un medio de avance en la carrera, e incluso se incentiva con primas, pero no discriminan adecuadamente entre propiedad intelectual y patente por lo que se compran derechos de múltiples productos absolutamente descabellados con el mero objetivo de evolucionar y ascender. Pura supervivencia.  

“Patent mills”, “paper mills”, “predatory”, “fake-journal” … Toda esta terminología no es sino una forma de acotar y poner nombre a todas las formas de fraude que se generan en el mundo de la investigación a costa, en su gran mayoría, de la necesidad de los investigadores de progresar y conseguir ascender en un mundo competitivo y poco honesto en sus prácticas que deja de lado lo que de verdad es importante: el propio progreso de la Ciencia y de la investigación.

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